HYGGE

Otoño ya está aquí, para muchos una época triste, de poca luz y aislamiento. Para otros muchos una época de confort, recogimiento y disfrute de la convivencia en el hogar. Muchas veces hablamos en consulta sobre el efecto del cambio de estación y lo que implica en nuestro estado emocional, pero existen países donde la climatología es mucho más adversa y el nivel de felicidad de los habitantes es inmensamente mayor a la nuestra. Y es que Dinamarca siempre se sitúa en los primeros lugares de la lista de países más felices (en 2018 quedó en tercer lugar, antecedido por Finlandia y Noruega). Hay algo que no encaja, ¿verdad?

Quien me conoce, sabe que soy una gran amante de los libros, y hace poco llegó a mis manos uno titulado HYGGE. El autor es Meik Wiking, fundador del Instituto de Investigación de la Felicidad de Copenhague y escritor de varios libros relacionados con el tema que nos ocupa hoy.

Esta organización, investiga en torno a por qué algunas sociedades son más felices que otras, para asociarse con gobiernos y organizaciones para establecer una especie de agenda o parámetros para mejorar la calidad de vida, así como determinar cuáles son los mejores proyectos para contribuir a ese fin. Según el autor, diferentes circunstancias pueden afectar el nivel de felicidad de un individuo o colectivo, y dicho nivel de felicidad puede medirse, así como se mide el PIB de un país o el crecimiento económico.

Pero, ¿cómo hacen estas naciones para que sus ciudadanos tengan altos índices de bienestar?

La clave se encuentra en el HYGGE, palabra que significa bienestar, confort, estado de ánimo y abrazo, por lo que deberíamos empezar a prestar atención a nuestro entorno y en la forma de relacionarnos. Los daneses son los más felices de Europa según la Encuesta Social Europea, pero también son los que se reúnen más a menudo con sus amigos y familia y se sienten más tranquilos y en paz. Según Wiking, los ingredientes para conseguir un buen Hygge, son los siguientes:

  • - Refugio: Que tu casa sea tu refugio, un lugar donde conectar contigo y con los tuyos. Una atmósfera de tranquilidad y comodidad, donde lo esencial sea el ser tú mismo. Rodéate de materiales naturales, de luz tenue, texturas y colores neutros.
  • - Naturaleza: Vive conectado con lo que te rodea, con la naturaleza. Transcurre por la vida junto con el ritmo de las estaciones. Sumérgete en largos paseos por el bosque, disfruta del cálido sol de otoño, de las tormentas de invierno entre las mantas de tu hogar. Sé consciente de que la naturaleza es lo que nos mueve.
  • - Ambiente: No existe receta para el Hygge que no incluya velas. En cualquier estancia de la casa, creando pequeños focos de luz. En lo referente a las lámparas, mejor crear pequeños focos de luz con lámparas con una temperatura de luz baja que grandes y únicos focos en las estancias.
  • - Presencia: Apaga el móvil y la televisión y disfruta de la compañía de los que te rodean o de la simple y gratificante compañía de ti mismo.
  • - Placer y slow food: Disfruta de la comida que te reconforte sin culpas. Saborea con lentitud esas galletas hechas en casa que tanto te gusta, disfruta preparando una rica comida con alimentos de cercanía y temporada entre amigos, sin prisas, y disfruta de ella entre conversaciones infinitas y sobremesas eternas.
  • - Igualdad: Comparte las tareas y el tiempo de disfrute, ecuentra tu equilibrio.
  • - Gratitud: muy relacionado con la presencia, ya que para poder agradecer aquello que sentimos, vivimos, tenemos que estar presentes. Agradece aquello que estás compartiendo, sintiendo.
  • - Comodidad: Rodeate de un entorno que te sea cómodo, ropa cómoda, una manta, unos calcetines gordos, una esquina de lectura, música tranquila, un buen té o café reconfortante…
  • - Tregua: No es momento de hablar de temas que nos generen estrés ni discusiones, ahora es un momento para relajarse y descansar. Desconectar de la vida a toda velocidad y conectar con la quietud, con nosotros mismos y nuestro entorno.
  • - Unión: Construye relaciones e historia, escribe cada capítulo de tu vida con presencia, gratitud y agradecimiento

Como bien señala el autor, no hace falta empezar a gastar un montón de dinero para conseguir el HYGGE, es más cuestión de actitud y atención a las pequeñas cosas. El día de hoy siéntate en tu casa, en las distintas estancias y observa, lo que ves, como te hace sentir. Reflexiona con tranquilidad sobre tu ritmo de vida, y respira hondo.

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